miércoles, 7 de abril de 2010

'Nuestro' mundo, por Rosseau

"Me es difícil concebir -como escribía Rousseau- cómo en un siglo en que tanto se presume de bellos conocimientos, no se encuentran dos hombres..., uno de los cuales sacrifique veinte mil escudos de su fortuna, el otro diez años de su vida en un célebre viaje alrededor del mundo, a fin de estudiar no siempre piedras y planas sino, por una vez, los hombres y las costumbres (...). ¡La tierra entera está cubierta de naciones de las que no conocemos más que los nombres, y nos ponemos a juzgar el género humano! Imaginémonos a un Montesquieu, un Buffon, un Diderot, un d'Alembert, un Condillac, u otros hombres de este temple, viajando para instruir a sus compatriotas, observando y describiendo, como ellos saben hacerlo, Turquía, Egipto, Berbería, el imperio de Marruecos, Guinea, la comarca de los cafres, el interior de África y sus costas orientales, los malabares, el mogol, las orillas del Ganges, los reinos de Siam, de Pegu y de Ava, China, la Tartaria y, sobre todo, Japón; luego, en el otro hemisferio, México, Perú, Chile, las tierras magallánicas, sin olvidar a los patagones, genuinos o falsos, el Tucumán, el Paraguay, si fuera posible Brasil y, en fin, los Caribes, la Florida y todas las comarcas salvajes; el más importante de los viajes, y que habría que hacer con el mayor de los cuidados. Supongamos que estos nuevos Hércules, de vuelta de estas travesías memorables, redactasen entonces con calma la historia natural, moral y política de lo que hubieran visto, y veríamos nosotros surgir un mundo nuevo de su pluma, y aprenderíamos así a conocer el nuestro...", en Levy-Strauss, 'Antropología estructural'.