miércoles, 6 de enero de 2010

Lisboas


0. O dia triunfal.

"Lisboa, 8 de Março de 1914. Fernando Pessoa aproxima-se de uma cómoda, pega um papel e começa a escrever. Está tudo pronto para que se produza um dos momentos de inspiração literária mais origináis deste século. Primeiro, escreve de uma só vez mais de trinta poemas e, quase sem reparar, nasce o seu mestre: Alberto Caeiro. Volta depois à sua personalidade para reinventar a su infância sob a chuva oblíqua de Lisboa. Em seguida, apresenta ao mestre alguns discípulos: Ricardo Reis, um médico estóico que escreve odes horacianas; Álvaro de Campos, um engenheiro impetuoso que celebra uma beleza desconhecida aos antigos. Tudo se produz dentro de Pessoa, mas sem Pessoa. É 'o dia triunfal' da vida dele. Nasceu o drama em gente: uma confraria de poetas, mas cada um deles com uma voz própria. Protagonistas de uma ficção que desafia a realidade. Autores de uma cidade que é muitas cidades".

1. A noite que mudou a vida tuda.

Lisboa, 3 de Febrero de 2009. Aunque Ella todavía no lo sabe (la invade el miedo a lo desconocido y lo desconocida que puede sentirse una misma para una misma lejos de la vida diaria que se tiene). Ella todavía no lo sabe pero se acaba de producir un acontecimiento que marcará el resto de su vida: Lisboa. 'Como tantos momentos', pensará. 'Si, pero ninguno ha sido nunca ni será jamás como este', se aclarará meses después, de vuelta a la 'vida real'.

Ninguno que tenga por cobijo un piso no sétimo andar na Rua da Marques da Fronteira, 4A, donde comparte techo, comidas, miedos y hasta sueños, con dos hermanas efímeras pero duraderas en cuanto a huella y en cuanto a marca y sello. Ninguno que tenga por calles y esquinas suelos adosados donde la vejez es bella. Ninguno con la magia tradicional de Alfama, las vistas visionarias desde el Mirador de San Pedro Alcántara, desde el tejado de una casa de la misma Alfama donde las estrellas se comparten. Ninguno con el mojito a juego con Bob Marley y Liberdades pra dentro da cabeza. Ninguno que se vista de mimonadas y se pasee con un rombo negro en cualquiera de los dos ojos, con un clavel en la mano. Ninguno que celebre la revolución con esos claveles cayendo del cielo. Ninguno que tenga los jardines de la Fundação Calouste Gulbenkian. Ninguno en que el Café sepa a 'pois', o al lago de detrás del Corte Inglés, ni a chasito viendo um film -aunque ya los hubiera visto-. Ninguno que me haga enamorarme irracionalmente de un brasileiro que nada tiene que ver conmigo en la 'vida real', pero que me abrazó por las mañanas como si el mundo fuera a acabarse al segundo siguiente, y que me hizo saber lo primero que hay que exigirle a cualquier 'hombre' que me acompañe -en el caso de que así sea-.

2. As noites sozinha.

Barcelona, 6 de Enero de 2010. Aunque Ella todavía no se había dado cuenta, una sensación de insatisfacción se sentaba a su lado noche tras noche. Sólo lo supo cuando se paró a pensarlo. Luego lloró, aunque ya había llorado otra muchas veces y aunque tenía mil y una razones para ser Feliz. Supo entonces que Lisboa no había sido una ciudad, sinó muitas cidades, tantas como se quisieron inventar. La autoría recayó en las Grandes Personas que construyeron tantas Lisboas como fueron necesarias para 'reinventar à sua infância, sob a chuva oblíqua de Lisboa'. E foi trás a Chuva que o Sol saiu.


3. Lembro-me de.

Una ciudad desconocida, 3 de Febrero de 2048 (por ejemplo). 'Las historias no se acaban nunca si las recordamos'. Lo había leído hacía años no sabe donde, o se lo había dicho alguien alguna vez. No importa. Pensó entonces que las Lisboas que había vivido nunca se habían ido: siempre las había llevado puestas, pero de la misma forma en que uno lleva (por ejemplo) unas gafas: aunque no te acuerdes, siempre están ahí.